ENCUESTA REVELA QUE LA MAYORÍA QUIERE AL EJÉRCITO EN LAS CALLES

Desde finales del sexenio de Vicente Fox (2000-2006), pero en particular durante el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012), la estrategia de seguridad se ha basado en el envío de militares al combate al crimen organizado, bajo el argumento de que la delincuencia controlaba algunas zonas del país y desataba violencia. Organizaciones de derechos humanos han reportado que desde entonces se han disparado los abusos posiblemente cometidos por soldados y marinos en contra de civiles.

No obstante estos señalamientos, el seguimiento de la encuestadora revela que la institución militar cuenta con un nivel de confianza de 58%, contra 40% de desconfianza.

“Datos de la serie histórica realizada por Parametría hace más de 15 años muestran que los porcentajes de confianza en las fuerzas militares han oscilado entre 52% y 75%, cifras muy por arriba de lo que registran otras instituciones como la policía estatal o la Policía Federal“, abunda el reporte de la encuestadora. El indicador de confianza hacia el Ejército tuvo su punto más alto en 2012 (75%), en tanto que la violencia en el país —considerando los asesinatos— alcanzó su nivel más crítico en 2011.

El estudio detalla que desde 2008 se mantiene una mayoría de consultados que prefiere al Ejército en el patrullaje de las calles, y no a la policía. Los datos oscilan entre 60% y 66% de respaldo para los militares, mientras que el apoyo para las corporaciones civiles se ha sostenido en una tendencia a la baja, cuyo nivel más bajo es de 18% en la más reciente medición.

Esta encuesta es publicada en el contexto de la discusión en el Congreso de las iniciativas de Ley de Seguridad Interior, que buscan dar certidumbre legal a la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, debido a que la Constitución señala que ésta es una tarea de las instituciones civiles.

Especialistas y legisladores han manifestado su rechazo a mantener a los militares en este tipo de labores, argumentando que su formación no corresponde con la seguridad pública, sino con la defensa del país ante amenazas externas a la soberanía nacional; incluso el titular de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos —quien ha abogado por la aprobación de la Ley de Seguridad Interior—, ha reconocido esta situación.

“Ninguno de los que estamos con ustedes aquí estudiamos para perseguir delincuentes. Nuestra idea, nuestra función es otra, y se está desnaturalizando (…) Estamos pidiendo que se regularice la actuación de las Fuerzas Armadas, ya que los mexicanos quieren que estén en sus cuarteles, y yo sería el primero en levantar no una, sino las dos manos, para que nos vayamos a hacer nuestras tareas constitucionales”, afirmó el general secretario en diciembre pasado.

Una vez más, la mayoría de los encuestados difiere: 60% respondió que el Ejército sí está preparado para convivir con la población y 64% consideró “necesaria” la presencia de dichos elementos en las calles para mejorar la seguridad del país; 62% de los consultados mencionó sentirse “más seguro” con la participación de estos efectivos.

El estudio fue levantado a través de 800 encuestas en vivienda a ciudadanos mayores de edad, entre el 21 y el 25 de enero, con un margen de error de +/-3.5%.

Fuente: Parametría.