¡MARCHEMOS POR LA SENDA DE LA GLORIA!

¡MARCHEMOS POR LA SENDA DE LA GLORIA! - JUAN IBARROLA

Cadena de Mando 
Por: Juan Ibarrola C. 

Ya se volvió dinámica cotidiana poner en entredicho las acciones de las fuerzas armadas en contra de la delincuencia y más, cuando estas son efectivas.

Cuando se vive de cerca la graduación de los cadetes de la Heroica escuela naval militar, -así como todas las del sistema educativo militar- se entiende de que están hechos las mujeres y hombres jóvenes que ingresan como oficiales a las filas de la armada de México y que por supuesto no se preparan para hacer las cosas fortuitas o por accidente, como lo quiso hacer ver en su noticiero Denisse Maerker el miércoles pasado.

Generar controversia hacia las fuerzas armadas, produce pérdida de confianza para quien lo intenta.

El operativo para detener a El Ojos, -donde finalmente fue abatido por el mismo equipo que detuvo al Chapo Guzmán– fue producto del trabajo de inteligencia de SEMAR, policía federal, PGR y la policía de Miguel Mancera y no como han dicho algunos, un hecho fortuito donde los marinos iban pasando por la calle y toparon de frente a los delincuentes.

La capacidad de El Ojos era tal que solamente se movía por las noches. Circulaba por las calles de su vasto territorio, en un convoy de 10 camionetas blindadas; ese era el tamaño de su miedo. En definitiva el dislate de que fue un hecho fortuito, simplemente no puede ser.

La semana pasada insistí en este espacio sobre el hecho de no minimizar un operativo militar efectivo, pero mucho menos, politizarlo.

Los soldados de tierra, mar y aire, solo buscan que este país tenga gloria.

Aunque suene ramplón.

Aunque pocos lo entiendan.

 

Cabo de Guardia.

Lo dijo el Almirante Soberón ayer en la heroica escuela naval: ¿qué estamos haciendo desde el gobierno y las instituciones, para apoyar a nuestros jóvenes, para impulsar sus sueños y ayudarlos a forjar un buen futuro?

El almirante secretario fue contundente con los recién graduados cuando les conminó, “como marinos navales tienen el compromiso de servir a su nación sin restricciones”.

Los oficiales navales recién graduados ayer, saben bien que deben de obedecer por motivos de honor, deber, lealtad y patriotismo a su país. Saben bien, al igual que todos los que integran las fuerzas armadas que, con que se les la orden una vez, con eso tienen.

No es necesario repetirles lo que ellos ya saben que no deben hacer.

 

 

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