¡105 años con México!
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
El juego perverso e injusto donde algunos intentan seguir metiendo a las fuerzas armadas en el terreno de la duda, del señalamiento sin pruebas o, bien, en el golpeteo político es estéril, además de innecesario.
El próximo lunes es el Día del Ejército, y debe reconocérseles entre otras cosas que los soldados mexicanos ni descalifican ni juzgan, mucho menos critican. Los soldados mexicanos no polarizan ni dividen a la sociedad, al contrario, dentro del instituto armado, se les enseña tanto en las aulas como en las unidades, que todos son lo mismo y provienen de lo mismo, es decir, del pueblo.
Debe reconocerse a los soldados, como servidores públicos efectivos y esto se basa en los resultados que brindan a la gente y al país.
No son el Ejército ni la Marina Armada o la Fuerza Aérea las que detienen el progreso de México. Tampoco son semillero de jóvenes que, sin pensarlo, ingresan a las filas de la delincuencia.
Los militares no son quienes fomentan actos de corrupción que tanto dañan a México.
A 105 años de la creación del Ejército nacional mexicano, el país enfrenta amenazas reales, de las que nadie quiere responsabilizarse ni entender.
A 105 años de su creación, hay gobernadores como Javier Corral, de Chihuahua, quien entiende que con la Ley de Seguridad Interior va a tener que responsabilizarse de proteger a sus gobernados, luego entonces mejor que sean los soldados quienes lo sigan haciendo.
¿Debe reconocerse a los soldados mexicanos por su entrega, sacrifico y esfuerzo?
No habrá que olvidar su valor.
Las mujeres y hombres que integran al instituto armado están dispuestos a darlo todo por México; aunque no tengan marco jurídico, aunque haya gobernantes cínicos e irresponsables.
Darán todo, gobierne quien gobierne.
Muchas felicidades a las mujeres y hombres que integran al Ejército mexicano.
Cabo de Turno
Lo dijo claro Vidal Soberón, secretario de Marina: “Los soldados de tierra, mar y aire siempre estarán del lado de la sociedad”.
Pasó en el año 2000, cuando ganó el PAN de Vicente Fox; también en 2006, cuando ganó el PAN de Calderón y, por supuesto en 2012, con el regreso del PRI de Peña Nieto. En ninguno de los casos las fuerzas armadas han sido desleales, indisciplinadas ni mucho menos omisas al llamado tanto de la sociedad como del presidente en turno.
Esa es la realidad y lo demás es lo de menos.
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