¿QUÉ NECESITA LA POLICÍA?
La Libertad como Experiencia
Por Raudel Ávila
A finales del año pasado, mientras un amigo mío celebraba una posada familiar en su domicilio de la Ciudad de México, alguien tocó la puerta. Al abrirla, se encontró a dos policías sonrientes que, como niños pidiendo calaverita el día de muertos, le solicitaron apenados “¿No me da para mi Navidad?”
Desde que mi amigo refirió la anécdota, no deja de perturbarme la situación de los cuerpos policíacos mexicanos. Los policías le pedían apoyo económico a los vecinos de la colonia que vigilaban porque su salario, y en consecuencia su aguinaldo, eran insultantemente bajos. Especialmente si consideramos que hablamos de individuos a quienes se les solicita arriesgar su vida todos los días.
Los medios de comunicación discuten con pasión la iniciativa del Presidente electo para crear una Guardia Nacional. Dije los medios de comunicación porque los partidos de oposición siguen extraviados en sus disputas internas.
La ciudadanía deberá acostumbrarse a no contar con ellos para el debate público en esta legislatura.
A la iniciativa se le imputa la militarización de la seguridad pública, contraviniendo nada menos que la Constitución. Por consiguiente, será necesaria una reforma constitucional.
La explicación de AMLO para adoptar estas medidas en la entrevista de Tercer Grado fue clara, contundente y trágica. La situación de seguridad del país es más grave de lo que supuso en campaña y las policías del país se encuentran en un estado desastroso.
Durante el gobierno de López Obrador, las autoridades civiles entregarán la responsabilidad de seguridad pública a los militares. Eso bajo ningún concepto es digno de celebrarse y tampoco es lo que querían las Fuerzas Armadas.
No obstante, es tristemente explicable. El fracaso de las policías lleva décadas ocurriendo y ninguno de los últimos gobiernos federales, estatales o municipales ha logrado resolverlo. Todos llevan una parte significativa de responsabilidad en el fracaso para proveer seguridad a la población.
Los expertos hablan continuamente de la necesidad de profesionalizar el reclutamiento, aumentar los controles de confianza, someter a exámenes más severos, etcétera. Lo que casi no escucho es la imperiosa necesidad de aumentar las prestaciones de la policía en México. Mejorar su salario sí, pero no solamente eso, sino los uniformes y el armamento. Más importante, aportarles un seguro de vida, si no igual de bueno, cuando menos similar al de las fuerzas armadas. Un seguro de vida que proteja a sus familias a largo plazo si un policía cayera en cumplimiento de su deber. Un seguro de vida que garantice a sus hijos la posibilidad de cursar estudios universitarios. Una pensión digna como la que tienen marinos y militares.
Si realmente queremos autoridades civiles capaces de garantizar seguridad, falta invertir más. Empecemos por dignificar a nuestros policías.
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@avila_raudel