LA NATURALEZA MILITAR
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
Pareciera que a unos días de terminar el año –unos de los más violentos de la historia moderna nacional– algunos siguen insistiendo en lo delicado de militarizar al país.
Es más fácil culpar y responsabilizar a los militares, que aceptar cada quien lo que le toca hacer. En materia de seguridad, la experiencia de las fuerzas armadas no se debe poner en duda y mucho menos escatimarse; sin embargo, muchos lo ven como amenaza, cuando en realidad es una fortaleza.
Muchos legisladores de diferentes partidos, incluido Morena, ponen el grito en el cielo, ante la supuesta “militarización de la seguridad”.
Politizar las acciones militares no produce nada positivo y la razón es muy simple: los militares no hacen política. Los soldados de tierra, mar y aire no pueden perder el tiempo en ello y, más allá, deben cumplir con las órdenes que les dictan, deben cumplir con la sociedad y con el gobierno en turno. También, deben administrar las secretarías de Defensa y Marina.
Pensar en civilizar a los militares no es una buena idea. “Policializar” a los soldados no tendría objeto, ya que desde hace más de 15 años han estado en las calles y han aprendido como ser mejores, aun y a pesar de realizar labores de policías.
La Guardia Nacional, se vislumbra como la única respuesta federal a los problemas de seguridad pública que tienen estados y municipios; sin embargo, tanto unos como otros, deben profesionalizar a sus policías locales, deben generarles una ruta profesional clara y digna, misma que vaya desde mejores sueldos, hasta seguridad social independiente a la del gobierno.
Al militar que se le pregunte sobre si está de acuerdo con seguir en las calles -resolviendo y enfrentando lo que los verdaderos responsables deberían hacer- va a responder que no, ya que de entrada la naturaleza militar tiene otros fines. El problema es que nadie ofrece soluciones, muchos se corrompen y es ahí donde comienza el círculo vicioso por culpar y responsabilizar a los soldados.
La naturaleza militar no debe cambiar. Lo que sí, es la irresponsabilidad de muchos gobernantes, la apatía de la gente ante la realidad de país y por supuesto el respaldo que se les dé a los militares.
¡Felices Fiestas!
Cabo de guardia
El posible aprovechamiento de los ingenieros militares para construir un aeropuerto civil en Santa Lucía, así como el diseño y edificación de viviendas de gran lujo, aprovechando una parte del Campo Militar 1-F en Santa Fe, ha causado mucha sorpresa.
Lo que quizá mucha gente no conoce es el profesionalismo y efectividad de todos los ingenieros militares, quienes además de siempre cumplir con un presupuesto programado, cumplen en los tiempos acordados para entregar terminadas las obras.
Demostrado está que cuando los ingenieros militares construyen, eliminan barreras de corrupción, favoritismo y, lo más importante, de impacto económico.
Los ingenieros militares no cobran sus obras con sobreprecios o bien con utilidades para una constructora y no significa que sea un delito que las empresas cobren, de lo que se trata es que los constructores castrenses, por ley, no pueden cobrar incrementando la utilidad.
Todavía son proyectos. Falta que se hagan realidad.
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