LAS FUERZAS ARMADAS Y EL DESARROLLO SOCIAL
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
Aún y a pesar del asesinato de un elemento de la marina armada de México y de 1 policía federal en diferentes hechos, no son los militares ni los policías, víctimas de los grupos criminales, en todo caso, en muchas ocasiones, son héroes; aunque siempre anónimos.
El presidente no se equivoca en su deseo y esfuerzo por recomponer los orígenes que llevan, por ejemplo, a los jóvenes a integrar las filas de la delincuencia. El presidente no se equivoca en disponer de toda la fuerza del estado para transformar entornos, para intentar obtener mayor provecho de los recursos y por supuesto para que, quienes imparten, procuran y persiguen justicia, lo hagan sin obtener beneficios personales.
No se trata de buenas intenciones; esas no bastan para aspectos de seguridad y el presidente lo sabe.
Tanto el secretario de la defensa como el de la marina armada, le han planteado desde antes de tomar posesión, la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad en este tema. También, el general Sandoval y el Almirante Ojeda, han generado la conciencia de que no es solamente con la acción militar como se resolverán los pendientes; reto mayúsculo cuando el presidente comienza a enfrentar resistencias entre grupos políticos, empresariales e intelectuales antes de cumplir sus primeros 6 meses de gobierno.
El desarrollo social es la medicina para este terrible cáncer, por lo que debe ser estratégica la manera como se administra, ya no es una cura de balazos, de violencia o bien de abuso del poder.
Se debe interpretar correctamente lo que el gobierno pretende. Sin embargo aún y a pesar de fortalecer el desarrollo social como eje rector del plan de gobierno, el crimen y la violencia siguen en aumento.
Las fuerzas armadas y la policía federal siguen enfrentando las consecuencias y se insiste, se deben eliminar las causas, aunque para eso falta mucho, pero faltará más sino se comienza de inmediato.
Los soldados de tierra, mar y aire, trabajan desde todos los frentes institucionales para producir mejores estados para los mexicanos y se debe reconocer que otras instituciones en el pasado, también han dado lo mejor de sí, por lo que ahora, con la llegada de nuevos secretarios, de nuevos elementos humanos, tanto en la gobernanza como en la administración pública, no hay tiempo para esperar y sobre todo porque quien carga el peso completo es el presidente y todo indica que será él, quien asuma los resultados.
Las fuerzas armadas serán, como siempre lo han sido, leales a la institucionalidad, serán leales, siempre al presidente por lo que ahora no es tiempo de escatimar su acción o bien de no otorgarles el peso específico que tienen, desde el arranque de esta administración para fortalecer todo lo que pueda fortalecer a la gente.
Se debe comprender cuál es la mejor manera de apoyar a las fuerzas armadas para que suceda todo lo anterior. Comencemos por comprender que, cuando se necesite hacer uso legal de la fuerza y la violencia, se tendrá que hacer, sin embargo, cuando se trate de coadyuvar a una institución para su máximo desarrollo, también se hará.
Toque de Silencio.
Otra vez. ¿Quién llora por el marino y el federal muertos?
Nadie del gobierno, nadie, tuvo siquiera dos palabras…
¡Lo siento!
Y de los colectivos o bien de la CNDH, la verdad es que sería mucho pedir.
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