¿Y LAS INSTITUCIONES SEÑOR PRESIDENTE?
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
Estados Unidos es uno de los pocos países donde a un ex presidente, conserva el título de Presidente hasta después de su muerte. Desde Jimmy Carter, -hoy con 96 años de edad- hasta Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. El caso de Donald Trump, a quien seguramente los más de 70 millones de americanos que votaron por él en la pasada elección, le seguirán llamando presidente después del 20 de enero, el mundo y la gran mayoría estadunidense no lo considerarán así.
Trump, azuzó a un significativo grupo de “rednecks”, quienes encontraron en el llamado del presidente americano, el mejor pretexto para enfrentar, afrentar y derribar a la única institución, que los americanos tenían casi a la perfección; efectivamente, la democracia como soporte institucional natural y por ello, per se del estado de cosas estadunidense y del cual se han ufanado por lo menos los últimos 150 años, demostrándole al mundo cuál es el modelo democrático que funciona.
Este grupo invasor del capitolio americano, se asemeja a la ficción de los “zombies”. Cuando trepaban los muros del congreso estadunidense, eran zombies sin raciocinio y por tanto, violentos, incivilizados y con la firme creencia de lo que jamás ha podido demostrar el presidente, es decir, el fraude electoral.
La seguridad del capitolio falló en todos los sentidos. Llama la atención que en cualquier otro momento, es un inmueble perfectamente protegido por diferentes instancias americanas y esa tarde, prácticamente los invasores no encontraron resistencia, hasta que llegó la Guardia Nacional y el Ejército a retomar las instalaciones y poner el orden debido ante la situación.
No fue el llamado del presidente lo que calmó los ánimos, fue la presencia institucional armada la que hizo que la turba comprendiera en la que se habían metido.
Durante su mandato el presidente Trump intentó probar la lealtad de las fuerzas armadas en función de lo que él creía que era la mejor gobernanza de Estados Unidos. Han sido 4 los secretarios de defensa del presidente, dos designados y dos interinos, siendo el penúltimo quien renunció el año pasado, debido a que el presidente ordenara que las tropas se desplegaran en las calles para enfrentar a los manifestantes por el asesinato de George Floyd por manos policiacas.
Trump, en su ignorancia sobre la lealtad institucional de las fuerzas armadas americanas, estiró peligrosamente la liga. Quien avizore a soldados modernos y profesionales, -como los que existen en la gran mayoría de los países del mundo- enfrentando a su propio pueblo, en verdad arriesga absolutamente todo; los soldados americanos comprenden la importancia de la fortaleza institucional que representan en su país, así como también, la Guardia Nacional americana, misma que ante tanto cambio y división social en Estados Unidos, ha sabido modernizarse y comprender cuál es el rol que tienen ante la sociedad de ese país.
Las instituciones serán siempre los pilares fundamentales de cualquier país. El propio vice-presidente Mike Pence, demostró que antes del populismo o falsos liderazgos, está el derecho, la justicia y la estabilidad de la democracia.
Trump, ganó las elecciones que lo llevaron a la presidencia, soportado en un proceso democrático sólido y confiable, proceso que le quitó la presidencia 4 años después, -debido a sus errores y excesos- del cual, por la derrota, hasta el día de ayer, no reconocía como legítimo y en su megalomanía, les hizo creer a sus seguidores y simpatizantes que, le habían robado la elección.
Las instituciones americanas triunfaron.
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