20 de noviembre
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
La insistencia por subestimar la preparación de los soldados de tierra, mar y aire, así como escatimar sus acciones, por parte de quienes creen conocer la vida militar, y en ellos me refiero a comunicadores, politólogos, ex embajadores, intelectuales de café y alguno que otro periodista, se enfrentará siempre con la realidad de lo que son y hacen los militares.
La vida del soldado o la del marino, por mucho, es la más sacrificada de cualquier servidor público. Ya ni hablemos de lo que sacrifican sus familias por ellos; difícil comprender que, para los militares, primero está el servicio que le dan a la nación, y después lo demás. Después su familia, después de la nación y la familia, ¡ellos! No hablemos de descansos, fiestas de cumpleaños o celebraciones familiares o sociales, importantes para cualquiera.
El soldado y el marino deben esforzarse al máximo por ascender, por demostrar y, sobre todo, por servir hasta que la misión encomendada esté cumplida. Quien no comprenda el valor que como servidores públicos o bien, administradores públicos, tienen los militares, en verdad estamos en el mundo al revés.
Cuando se lee que los militares están poniendo en riesgo la vida democrática del país, -como lo publicó en días pasados Ricardo Pascoe Pierce, en su columna de Excélsior– nuevamente insisto en que esto es el mundo al revés, ya que afirma que los militares pondrán en riesgo las libertades ciudadanas.
Si algunos insisten en tratar de confundir con lo supuestamente negativo de la presencia militar en la vida cotidiana y permanente del país, entonces me tomo la libertad de insistir en que la valía para una mejor marcha de este México, sin duda se encuentra en los servidores y administradores públicos que portan uniforme, ya sea verde, blanco o azul.
Todo lo anterior suena ramplón y hasta personal; sin embargo, se insiste en que se propongan mejores soluciones a las que ofrecen los soldados de tierra, mar o aire.
Porque hasta ahora, todo es crítica…
Cero propuestas.
Tres de diana
Por ser grandes servidores y administradores públicos. Por asegurar las libertades de los mexicanos, por fortalecer a las instituciones nacionales.
Por generar las mejores condiciones para que se asegure la democracia en México.
Por sacrificar todo por México.
Por su ascenso este año y, por supuesto también, a los que imprimieron su mayor esfuerzo por lograrlo, aunque no haya llegado.
¡Muchas felicidades!
Felicidades a las mujeres y hombres quienes en el ejército, en la armada y en la fuerza aérea, alcanzan este día el ascenso al grado inmediato superior.
Felicidades a los hoy generales de división, Ricardo Trevilla Trejo, Francisco Jesús Leana Ojeda, Pablo Alberto Lechuga Horta, Enrique Dena Salgado, Armando Montaño Ponce, Inocente Prado López y René Trujillo Miranda.
Felicidades a los hoy almirantes, Fernando Alfonso Anglí Rodríguez, Abraham Eloy Caballero Rosas, Javier Abarca García y Raúl Pérez Vázquez.
Felicidades al General de División Piloto Aviador DEM, Emilio Avendaño García, así como al Almirante del Cuerpo de Aeronáutica Naval DEM, Juan José Padilla Olmos.
En lo personal, hay grandes y queridos amigos que ascienden este día; ellos saben quiénes son y el orgullo que siento por estar ahí.
Mi gran sentimiento por aquellos, también grandes amigos, que nos les llegó.
Ya llegará…
A la gran familia militar y naval, la mayor felicitación por el ascenso de los suyos.
¡Fibra, valientes!
NKL
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@elibarrola