Fuerzas Armadas permanentes
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
Febrero es el mes de la lealtad, es el mes del Ejército y de la Fuerza Aérea mexicanos. Es el mes de la Constitución y de la Bandera; es el mes que debe recordar a muchos la importancia de contar con un instituto armado, leal, disciplinado, pero sobre todo, permanente.
Esa permanencia que tienen las fuerzas armadas es la que da fortaleza a otras instituciones nacionales y, más allá de la posición nacionalista de esa realidad, los soldados de tierra, mar y aire, han demostrado su capacidad y entrega a la verdadera realidad nacional. El día a día del soldado y del marino se sostienen justo en la fortaleza que le da a una institución, ser permanente, y lo es, no solamente porque la Constitución lo mandata, sino porque no existe dentro de la naturaleza militar otro objetivo que no sea, servir y aportar a los mexicanos, al país y al gobierno.
Año con año, la confianza en las fuerzas armadas por parte de la gente se mantiene en lo más alto. Los mexicanos saben bien que mientras exista este país, sus soldados estarán ahí con su lealtad, con su disciplina y con la confianza que da la comunión entre pueblo y soldados, ya que justo para ello existen las fuerzas armadas, esa es su motivación y también su obligación.
Los militares no le provocan al país amenazas o sobresaltos; no le provocan al Presidente mayores problemas de los que ya tiene, al contrario, le descargan los problemas que un presidente tiene frente a sí, todos los días de su mandato. No le provocan rupturas o polémicas a los poderes Legislativo y Judicial.
Los militares no se vuelven omisos ante las carencias y necesidades de otras instituciones, a tal grado que, en muchas ocasiones, las sustituyen para salir adelante con lo que se deba y tenga que enfrentar.
Los militares no provocan protagonismos fútiles. Los militares no se quedan en el pasado, ni mucho menos recomiendan soluciones basadas en el pasado mismo; al contrario, la relación entre los secretarios de Defensa y Marina con el Presidente se basa en una confianza mutua y en los resultados que le brindan.
Los militares no desestabilizan políticamente a México. Los militares por su permanencia no pueden tener ocurrencias, ya que estas afectarán de manera irremediable a nuestro país.
La permanencia militar ha hecho de esta institución un bien público.
La permanencia como institución de las fuerzas armadas genera la mejor ruta por la que transite este país, sus habitantes y sus gobiernos; genera orden ante tantos agentes que solamente quieren provocarle a este país, lo contrario.
La permanencia institucional de las Fuerzas Armadas ha demostrado que el poder que le genera la misma se usa para construir, nunca para destruir, aun y a pesar de que los militares han sido, son y serán -desde ciertos sectores y posiciones ideológicas anacrónicas- un blanco perfecto para la crítica, para los señalamientos y hasta para intentar escatimar las acciones militares, por ejemplo, con el cuento de que realizan tareas que no les corresponden.
Todo lo anterior es verdad y hasta hoy, es irrefutable.
Todo lo anterior es la realidad en la que ha vivido este país los últimos 109 años con sus soldados.
Ojalá se siga entendiendo.
Cabo de Guardia
Desde aquí, nuestros mejores deseos de pronta recuperación para el General Secretario.
¡Fibra valiente!
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