El valor del reconocimiento
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
14.01.2023
El operativo para detener a Ovidio Guzmán era necesario para el Ejército mexicano. El operativo cancelado por órdenes del Presidente en octubre de 2019 se convirtió para los soldados en una deuda que debía pagarse. Cualquier especulación en torno a la, ahora sí, exitosa captura, está demás y tarde o temprano tenía que caer Ovidio.
Más que ser el hijo del Chapo Guzmán, Ovidio es quien lidera dentro de su organización la mayor producción y tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, realidad que lo ubica como un blanco estratégico para el gobierno americano.
No hay nada que escatimarle al Ejército en este caso. Los señalamientos y cuentos que se han hecho en torno a esta detención carecen de validez y de realidad; sin embargo, lograron colarse en el imaginario público, donde muchos insisten en especular sobre lo que verdaderamente pasó en Sinaloa el pasado 5 de enero.
Muchos se cuestionan si la estrategia de seguridad cambia a partir de esta detención. No lo creo, ya que la estrategia no ha sido pasiva por parte de las fuerzas armadas; al contrario, a diario se cuentan acciones que enfrentan a la delincuencia y que en muchas ocasiones les hacen grandes daños. En el caso del cártel de Sinaloa o del Pacífico o de los Guzmán, el desmantelamiento de laboratorios donde se produce fentanilo es una práctica común por parte de los militares y de la policía estatal.
No ha sido responsabilidad de soldados y marinos el que las cosas en materia de seguridad se encuentren como están; al contrario, de no tener esa presencia militar y de Guardia Nacional, todo estaría mucho peor. Sin embargo, esa carrera por mejorar la seguridad pública del país será muy difícil que la gane este gobierno, realidad que se ha vivido desde los tres últimos sexenios, es decir, heredan el problema en vez de encontrar soluciones desde el principio del mandato presidencial.
Para quienes gobiernan, la solución está en enviar soldados para que arreglen los problemas; sin embargo, muchas veces no está en los militares esa solución. Los gobiernos no hacen más que politizar la seguridad y de ahí se sacuden la responsabilidad para que recaiga en los soldados.
Ojalá que jamás ningún gobernante se atreva a responsabilizar a los militares por los resultados que ellos no dan y que es su obligación constitucional hacer.
Ojalá que se deje de utilizar a los soldados para comenzar a aprovecharlos.
¡Ojalá!
Toque de Silencio
Lo que debe acabar es darle el mismo valor a la vida de un criminal que a la de un soldado. No pueden valer lo mismo quien no tiene vida, -ya que la entregó a algún grupo criminal- a quien de verdad arriesga y sacrifica su vida por su país y su gente.
El valor del reconocimiento para el soldado caído debe darse de manera total y sin ambigüedad.
En este operativo de Sinaloa perdieron la vida 10 soldados. 10 hombres valientes que dejaron esposas, hijos, padres y hermanos, quienes toda la vida se van a preguntar por qué murió ese valiente, si valió la pena el sacrificio o más allá, cómo los considera el gobierno y el país, cómo una cifra más o cómo verdaderos héroes que dieron su vida por defender a su patria.
Un abrazo al cielo a los 10 valientes.
Un abrazo especial, Juan José.
Por Juan Ibarrola C.
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