El Ejército y la sociedad

El Ejército y la sociedad - Milenio - Ibarrola - Cadena de Mando

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

25.02.2023

El papel del Ejército mexicano en la sociedad debe comprenderse a partir de que es un verdadero actor social cotidiano y permanente.

A pesar de que es una obligación, la acción militar no debe verse solamente como eso; los soldados mexicanos no lo hacen por ser una obligación, sino más bien una convicción y una forma de vida que entregan diariamente a la gente en todos los niveles sociales, políticos y económicos. Quizá solamente siendo soldado se podría comprender lo anterior; es decir, para algunos mexicanos la percepción es que, por supuesto, los soldados lo hacen por obligación, pero para la gran mayoría es claro que hay un impulso que motiva al soldado a dar todo por la gente.

Pocas veces se le pregunta al soldado por qué hace lo que hace.

La sesión del pleno del H. Congreso de la Unión, del lunes pasado, donde fue invitado el General Luis Crescencio Sandoval, -quien acudió acompañado de su plana mayor- fue un ejercicio político-legislativo sumamente importante. Y lo fue no solamente por el motivo de la invitación (para celebrar el Día del Ejército), sino porque, acostumbrados a un debate legislativo sui géneris, todos los diputados demostraron un respeto total al Ejército, al general secretario y a los generales que lo acompañaban.

Todos los diputados que subieron al estrado tuvieron muestras de adhesión, respeto y buen futuro para el Ejército. Vale decir que no fueron solamente de Morena, sino también de PRI, PAN, PRD, PT y MC.

Esa oportunidad en la Cámara de Diputados demuestra que el Ejército mexicano no se inclina hacia una posición o ideología, al contrario, la acción es para todos y con todos los mexicanos. Demuestra que el Ejército no hace política y, a pesar de no hacerlo, el lunes se demostró la importancia para el país que de manera natural convivan política y Ejército.

Sin duda fue un gran acierto la visita del lunes pasado.

La convivencia con la sociedad que tienen los soldados de tierra, mar y aire, se convierte en el termómetro que les ayuda a los militares a medir y prospectar soluciones para los retos y las amenazas que el país tiene todos los días.

El soldado no deja a nadie afuera, la misma importancia tiene el obrero que el dueño de la fábrica, o bien las mismas necesidades tienen los habitantes de un municipio que las autoridades que lo gobiernan. Las mismas inquietudes las tiene un estudiante que su maestro y por ello el soldado se acerca a ellos de diferentes formas y en diferentes momentos.

La relación civil-militar de hoy es, por mucho, más fuerte que hace 10 años. La sociedad necesita de sus soldados, como éstos necesitan de la gente y esa realidad es justo la que fortalece la relación. La gente tiene una percepción mejor de los soldados hoy, a tal grado de que a pesar de los intentos por desprestigiar o confundir con el tema militar, la sociedad no lo cree y sigue depositando su confianza en los soldados, más que en ninguna otra autoridad o institución.

Por todo lo anterior, regreso a la convicción y no a la obligación. Por todo lo anterior, se debe entender que la sociedad no es quien señala al soldado o bien lo demerita.

Decía mi abuelo, el Coronel Juan Ibarrola Martínez, que el soldado es el corazón del pueblo.

 

Por Juan Ibarrola C. 

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