¡Los soldados van a seguir ahí!
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
22.04.2023
Disociar a los soldados de tierra, mar y aire del acontecer nacional es un imposible que nada tiene que ver con el hoy; desde hace por lo menos 100 años, no ha habido la necesidad de sustraer a los militares de un todo, para embonarlos solamente en lo que conviene.
Los soldados mexicanos en sus diferentes jerarquías no escogen las responsabilidades ni las tareas, mucho menos los escenarios o los espacios donde deben tener presencia.
Los soldados obedecen a sus superiores, adquiriendo una responsabilidad al momento de acatar la orden, que no se centra exclusivamente en cumplirla, sino también en los efectos sociales o políticos que esa orden pueda producir. La responsabilidad del soldado, cuando cumple una orden, en la gran mayoría de las ocasiones no conlleva un carga legal, ya sea a nivel personal o bien institucional.
La carga que han tenido que soportar los soldados en los últimos 23 años ha sido la que algunas voces han señalado e insistido en estereotipar o bien encasillar a lo militar como algo profunda y terriblemente negativo.
La otra carga en la espalda del soldado es la que producen los políticos cuando, estando en el gobierno, apoyan y les dan una palmada, pero cuando salen y son oposición, entonces los desdeñan y acusan sin razón.
Todo lo anterior se propone debido los efectos que causó la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de no otorgar la administración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.
No ganó la Suprema Corte, por supuesto no ganó el Presidente, pero de ahí a querer direccionar la decisión como derrota o pérdida para el Ejército, se pierde entonces la dimensión real de la situación.
Quien ganó de alguna manera fue la delincuencia, ya que ante el problema de la inseguridad, lo que debe buscar y encontrar el Estado mexicano es cómo fortalecer la respuesta de seguridad pública federal, justo para poder enfrentar de manera contundente a los grupos criminales. Ganan los delincuentes debido a que este proceso de cambio para la Guardia Nacional les puede demostrar que, quienes deben estar de acuerdo, no lo están; es decir, existe un frente abierto entre dos poderes de la unión, lo que para la lógica criminal, esto deja un espacio abierto y transitable para seguir delinquiendo y generando violencia.
Amén de lo que depare el futuro, respecto a lo que debe ser en la Guardia Nacional administrativa y operativamente hablando, para los soldados no hay cambio, por eso se insiste en que no fueron derrotados, o bien, que hayan perdido algo.
No hay forma de que los militares dejen de apoyar a la seguridad pública municipal, estatal y federal, ni siquiera en 2028. Los soldados seguirán ahí, tanto en la GN como en sus operativos y acciones para abatir a los delincuentes, mientras haya un comandante supremo que así se los ordene. Van a seguir ahí mientras alcaldes y gobernadores no tomen la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos. Van a seguir ahí mientras no haya una transformación total en la mayoría de los cuerpos policiacos del país.
Van a seguir ahí, siempre leales al gobierno en turno, así como también van a estar ahí con quien gobierne este país a partir de octubre de 2024.
Que no pierda México.
Los soldados van a seguir ahí.
Por Juan Ibarrola C.
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