Cuatro años de la Guardia Nacional
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
06.05.2023
La Guardia Nacional está llegando a su cuarto año. Sin duda, hoy es la institución de seguridad pública que necesitan México y los mexicanos para enfrentar toda la complejidad que impone la inseguridad en el país.
Politizarla o bien compararla no debe ser la constante. La Guardia Nacional tiene un eje rector que, sin duda, da el Ejército mexicano, basado en las capacidades logísticas y estratégicas que le imprimen los soldados de tierra y aire.
La Guardia se convertirá pronto en una institución permanente aparejada al instituto armado, como sucede en la gran mayoría de países que tienen cuerpos similares; es decir, la tutela militar presente no solamente en el aspecto operativo, también en formación y doctrina, ya que, justamente ese es el principal valor que le otorga, en este caso a la Guardia Nacional, grandes fortalezas.
Por ejemplo, operativamente, el despliegue de la Guardia Nacional le permite tener presencia en todo el país, al contar con 32 coordinaciones estatales y 266 regionales.
Lo anterior le ha permitido a la GN que, a cuatro años de su creación, aporte más de 30 por ciento de los resultados del esfuerzo nacional en materia de seguridad y aquí debe comenzar el análisis objetivo: en un México como el de hoy, ante una sociedad que necesita sentirse y estar segura, ya es momento de aceptar que la Guardia, además de necesaria, está entregando buenas cuentas.
Y en este análisis también debe entenderse que las críticas y los señalamientos que recibe la Guardia son de pocas personas que, amén de ir en contra de cualquier institución —y más cuando el Ejército se encuentra presente—, no conocen ni por encima a la institución.
Otro ejemplo es la Fuerza Especial de Reacción e Intervención (FERI), que participa activamente en la detención de objetivos prioritarios para el gobierno. Se insiste en las fortalezas de la Guardia Nacional, en vez de presentarla como una institución que, al ser débil, necesite de que muchos la defiendan; al contrario, todos quienes la integran, así como su comandante, el General David Córdoba Campos, como la propia institución, ganan un terreno real, vital y estratégico para las necesidades de seguridad pública federal.
La controversia de su origen, así como la confusión que algunos quieren crear en torno a la Guardia Nacional, ya está de más analizarla, debido a que una institución como ésta no debe tratar de convencer por la propaganda o bien por el uso de medios de comunicación, debe convencer a los mexicanos —para quienes trabaja la GN— con hechos, con repuesta, con transparencia, pero sobre todo con la prueba de que el servicio y el esfuerzo que entregan sus integrantes es permanente y de beneficio público, para todos y por todos.
Nuevamente, la Guardia Nacional de México no es diferente a la de muchos países.
¿Debió haber pasado administrativamente a la Secretaría de la Defensa Nacional?, la respuesta desde este espacio siempre será si, y el rumbo correcto hubiese sido ese; sin embargo, dependa de quien dependa, los guardias nacionales seguirán ahí, entregando resultados.
Cabo de Guardia
Ya lo analizaremos próximamente, pero por lo pronto, aunque sea en un ejercicio de imaginación, quien crea que el Ejército tendrá una participación en las elecciones del año entrante, ajena a lo que ha hecho en los comicios de los últimos 70 años, está completamente equivocado.
Por Juan Ibarrola C.
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