El futuro de la Guardia Nacional
Cadena de Mando
Por Juan Ibarrola C.
16.12.2023
Cambiemos la discusión referente a la Guardia Nacional.
Centrar su futuro en el terreno político no debe ser la constante; llevémoslo mejor a la necesidad que tiene el país de una institución de seguridad pública federal, que tenga permanencia y futuro, y que no dependa de decisiones políticas.
Perderse en su dualidad “militar-civil” tampoco debería ser la discusión. Para el grueso de la población, la Guardia es una institución necesaria, aun y a pesar de la debilidad o ausencia de autoridad civil que presentan muchos municipios y algunos estados; aun y a pesar de los ritmos que los criminales marcan en contra de la población.
No se trata de crear “consuelo de tontos”, se trata de fortalecer todas las capacidades que requiere la Guardia, y en ello cortar de tajo lo que no sirve, incluyendo a los elementos que se corrompen.
¿Cómo fortalecerla?
En primer lugar, comprender que no existe una institución que pueda responsabilizarse de ella que no sea la Secretaría de la Defensa. Esa es la realidad institucional de la Guardia Nacional, misma que se ha presentado en la conformación de casi todas los entes similares en el mundo, es decir, gendarmerías, guardias civiles, carabineros, etcétera.
En todos esos orígenes han sido institutos militares quienes les han dado estructura, disciplina, doctrina, espíritu de cuerpo, pero sobre todo, la fortaleza que dan las rutas profesionales de largo plazo. Después de todo lo anterior, entonces los militares ceden el mando hacia una administración y operación completamente civil, fortalecido de un basamento y estamento militar.
La discusión también debe centrarse en la urgencia por romper, en la medida de lo posible, ese cerco que los criminales tienen sobre una gran cantidad de policías municipales y estatales. Los ejemplos exitosos de lo anterior los encontramos en ejercicios como los de Yucatán, Ciudad de México y Coahuila, entidades que, al tener estrategias contundentes, alejadas de pasiones políticas, les han dado a sus gobernados seguridad y tranquilidad.
No importa quién administre u opere la Guardia Nacional. Si no existe un real fortalecimiento y depuración de las policías preventivas y las de reacción inmediata, si no se fortalecen y depuran las policías ministeriales, migratorias y fiscales, entonces a pesar de los esfuerzos que la Guardia Nacional pretenda, los resultados serán cada vez peores.
Las fuerzas armadas llevan más de 20 años coadyuvando a la seguridad pública y de ello, la experiencia y conocimiento del tema es vasto y por lo tanto, el error en la discusión y análisis es tratar de excluir a los militares de su capacidad por ser la base inicial de la Guardia Nacional.
Finalmente, si la Guardia Nacional no prospera como se espera, los militares tendrán que seguir apoyando a la seguridad pública.
¡Así será!
Toque de silencio
El jueves pasado falleció el general Rodolfo Reta Trigos.
Sin lugar a dudas, él, con otros militares —algunos ya fallecieron, otros pocos viven como ejemplo—, participó en la modernización y profesionalización del Ejército mexicano.
Reta Trigos fue un hombre de su tiempo, fue un digno Infante, también de su tiempo, y claro ejemplo de lo que debe ser un Oficial de Infantería.
Tuve el honor de conocerlo hace más de 40 años y todavía hasta hace poco la generosidad de su amistad me la demostraba cada vez que coincidíamos.
¡Siempre a sus órdenes, mi General!
¡Fibra, valiente!
Por Juan Ibarrola C.
JhM
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