¡HASTA LOS DIENTES!

HASTA LOS DIENTES - Juan Ibarrola - Cadena de Mando

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

Quizá el significado de las cosas en este país debe cambiar.

Solo depende del cristal con que se mira, diría el poeta.

Hay quienes se quieren aferrar a sus abusos o tal vez, a sus áreas de confort y por eso lo hacen hasta con los dientes.

Hay quienes se quieren aferrar a comprender un significado erróneo de la política, y ahí si, en el pecado llevarán la penitencia.

Hay quienes se aferran hasta los dientes en “tentarle los huevos al diablo”. Saben bien que, en este país, desde hace tiempo la impunidad es la reina constante que abusa y que enfrenta a un sistema que no quiere traspasar la delgada línea que divide a la legalidad del delito.

Los soldados de tierra, mar y aire también se aferran hasta los dientes.

En primer lugar, se aferran a la legalidad en la cual debe conducirse este país; legalidad que da, y ha dado curso a las instituciones. Legalidad que le ha dado fortaleza a México y que sin duda, ha logrado que el demonio de la impunidad no haya creado escenarios peores a los que muchos mexicanos se enfrentan diariamente.

Soldados y marinos se aferran hasta los dientes, comprendiendo que para ellos, no hay impunidad. Casos como el del TEC de Monterrey hace 9 años, no quedaron en la impunidad, aún y a pesar de que se insista en lo contrario.

Todos los casos donde han existido abusos por parte de personal militar o naval han sido investigados, procesados y sentenciados. En la gran mayoría de las ocasiones, se han adelantado a la justicia civil; lo complejo viene cuando hay que demostrar inocencia, ya que primero se debe demostrar culpabilidad.

Hasta los dientes es el compromiso de un militar ante su responsabilidad. Quienes no lo han entendido así, han sufrido las consecuencias de sus actos y queda de ejemplo para quienes hayan tomado el camino fácil.

Los soldados y los normalistas tienes dos semejanzas, la primera es que ambos provienen del pueblo; ese pueblo que dicen por ahí, que debe hacérsele justicia. La segunda es que, en los hechos, forman mexicanos y se supone, deben formar mexicanos de bien.

Los oficiales de tierra, mar o aire, durante toda su vida profesional, no importando si es activa o en la honrosa situación de retiro, deben de actualizarse académica y profesionalmente para seguir formando cuadros que, desde las fuerzas armadas sirvan al país.

Y sin exigir, sin violentar la ley.

Solamente por un país honorable… en la tierra, en el aire y en el mar.

¡Por México!

 

Tres de Diana.

He insistido en este espacio en la igualdad de competencias entre civiles y militares.

No solamente los militares ofrendan todo por su país, por su familia y sobre todo por la honestidad de conducirse como servidores públicos. Hay civiles que hacen de estos valores, también, -al igual que los soldados y marinos- su forma de vida.

Don Adolfo González Flores termina un ciclo de casi 60 años en la gestión de políticas y administración de la educación pública.

La formación de mexicanos no es tarea fácil. Es la más compleja en el entorno nacional.

De ello depende El Progreso de la nación…

Como dicen en las fuerzas armadas Don Adolfo: usted va a pasar de la Pasión… a la Pensión.

No es malo.

Usted ha servido mucho al país.

 

 

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