LA MUJER MILITAR - JUAN IBARROLA

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

Imposible no hablar de la urgencia por generar una verdadera cultura de no agresión, ni violencia hacia la mujer. Diariamente se viven historias reales de “cobardes” que violentan, agreden, indignan, matan y postran a muchas mujeres en la más profunda indefensión.

Son muchos los esfuerzos que se han emprendido para lograr que en nuestro país, la protección a la mujer sea una forma de vida, sin embargo, falta por hacer.

Pertinente es hablar de la mujer militar. Esa soldado de tierra, mar o aire, que pertenece a una institución que por naturaleza y disciplina debe y tiene que ser vertical y que por lo tanto podría vulnerar a la mujer a una cadena de mando que abuse y que violente sus derechos; cuando en la realidad, hoy encuentran un espacio dentro de las fuerzas armadas, donde las obligaciones y los derechos son los mismos para hombres y mujeres.

Desde la revolución la mujer participa en las filas de lo que en ese entonces era el ejército constitucionalista, sin embargo, es a partir de 1934 cuando la primera mujer causa alta en el servicio activo del ejército. Dos años después se fundó la escuela de enfermeras, –hoy, Escuela de Enfermería, la cual hace dos años tuvo su primera antigüedad de hombres- y también el cuerpo de oficinistas del ejército, integrado por mujeres.

En 1973, ingresaron la primera antigüedad de mujeres a la hoy Escuela Militar de Medicina, -hasta hace unos años, Escuela Médico Militar- y en 1975, sucedió lo mismo en la Escuela Militar de Transmisiones. Un año después se creó la Escuela Militar de Odontología, donde también ingresaron mujeres.

Desde los años setentas, la mujer ha podido cursar, paracaidismo en todas sus modalidades militares. Han formado parte del coro y orquesta del ejército y la fuerza aérea.

A mediados de los ochenta, se creó el primer agrupamiento femenino en el ejército, generando un símbolo valioso para las mujeres militares que las proyectó de muchas formas, incluido tener presencia en el desfile cívico militar del 16 de septiembre.

Los 90´s fueron significativos en este sentido; ingresó personal femenino a la Dirección General de Fábricas, para realizar actividades administrativas y colaborar en la fabricación de armamento y municiones. También ingresaron mujeres con licenciatura en derecho a los Organismos de Justicia del Ejército y Fuerza Aérea; también como ingenieros al servicio cartográfico.

La equidad de género en las fuerzas armadas, se convirtió en práctica común a partir de este siglo. Las vacantes académicas se abrieron totalmente para las mujeres, desde el Heroico Colegio Militar, la Escuela Superior de Guerra, la Escuela Militar de Ingenieros y el Colegio del Aire por mencionar algunos.

Todo lo anterior, está reforzado por una política de “cero tolerancia al acoso y hostigamiento de la mujer, la que pasa por el principio constitucional de no discriminación. Desde hace una década, se implementó el “Programa para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres”, mismo que sigue vigente y fortalecido de tal forma que ha logrado cumplir con sus objetivos a cabalidad.

Pocos conocen que en el ejército y fuerza aérea, existe un Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.

La mujer militar no es débil; no necesita de la compasión de nadie. Ellas han abierto un espacio muy importante en el escenario militar y por supuesto nadie se los quitará.

Ahí está un buen ejemplo.

 

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