Aquí, ¡nadie se raja! - Cadena de Mando - Ibarrola

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Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

¿Cómo se adaptan las fuerzas armadas a las amenazas que producen los grandes cambios en México?

¿A qué se deben anticipar soldados y marinos para poder enfrentar la prospectiva?

¿Qué debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades deben analizar de las instituciones de gobierno, para poder actuar de manera anticipada y estratégica en la seguridad y defensa nacionales?

Aunque muchos lo han decretado así, vale insistir en que esta, es la peor crisis de salud pública que ha vivido el país en los últimos 100 años. Se avecina también, la peor crisis económica que México haya tenido que enfrentar desde que somos parte activa e integrante del concierto mundial. La crisis política crece diariamente como resultado lógico de las dos anteriores.

El objeto de este texto, no es llevar al lector, al hecho de que las fuerzas armadas son la única solución ante lo que vive nuestro país. Lo que intenta, es demostrar que soldados y marinos tienen fortalezas únicas y propias, producto de su naturaleza de servicio, que los hace ser soporte institucional indiscutible e insustituible.

Algo que ha caracterizado a los actuales secretarios de defensa y marina, ha sido su efectividad ante todo lo que el comandante supremo les ha ordenado. Han sabido privilegiar, -ambos- la discreción por encima del protagonismo; han sabido poner a disposición del país a todo el aparato militar y naval existente, para enfrentar un enemigo único y poderoso; un enemigo que al momento de escribir estas líneas, ha cobrado la vida de más de mil mexicanos y contagiado a casi 12 mil.

Quienes integran el instituto armado, tienen claro que el objetivo es la seguridad y la defensa de los mexicanos.

Nadie puede asegurar qué México tendremos, -económica y socialmente hablando- después de que esta crisis de salud termine. Los hábitos de consumo, el ánimo, la oferta, los canales de distribución, la cultura y por supuesto las tendencias mundiales y nacionales, cambiaran de una manera importante. Es posible sostener que las fuerzas armadas serán quienes primero se adapten a esos cambios, debido a que su esencia así lo obliga y exige.

Las instituciones civiles de nuestro país, debe entender la lección. Si no se reinventan para estar a la altura de las circunstancias, perderán de todas, todas.

El aparato económico, financiero y comercial de México, ya está sufriendo los embates de esta nueva realidad. Sin duda deberán reinventarse también.

En el terreno político, nada que añadir sobre la realidad que tiene ante sí.

Los mexicanos vamos a tener que vivir con todos esos cambios.

Los militares ahí estarán y para ese entonces, sin duda, -sin rajarse- con nuevas soluciones.

Como decía Pancho Villa: “ánimo cabrones, que más pa´lante esta pior”.

 

Tres de Diana.

Nuestra solidaridad, cariño y respeto a las esposas y esposos, hijos y padres de los soldados de tierra, mar y aire, que se encuentran al frente de hospitales, resguardos de material, patrullajes, labores administrativas y en suma de todas las actividades que las fuerzas armadas, han emprendido tanto de manera unilateral, como en apoyo y coadyuvancia al personal civil que está enfrentado al Covid-19.

Nuestro reconocimiento y solidaridad también, con todas las familias de los profesionales de salud civil, que arriesgan, -amén de sus vidas- hasta sus propias familias.

Ellos, tampoco se rajan.

Se la rompen…

¡Son héroes!

Que nadie lo olvide, una vez que acabe todo esto.

 

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