¡El almirante secretario!

¡El almirante secretario! - CADENA DE MANDO - JUAN IBARROLA

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

Se tenía que decir y se dijo.

Lo que no se entiende es por qué cuando un secretario de Defensa o de Marina habla se encienden todas las alarmas.

Para el alto mando de la armada de México es muy claro. México sigue viviendo procesos de cambio en todos los sentidos y quizá no alcanza el discurso diario; sin embargo, no hay excesos ni mucho menos deslealtades; para las fuerzas armadas siguen existiendo en nuestro país muchos corruptos, sobre todo muchos que creen que el abuso no es visible y más allá, que no será, por lo menos, llamado a cuentas.

Los soldados de tierra, mar y aire han demostrado en los hechos que, cuando hay excesos por parte de cualquiera de sus integrantes, hay castigo. Recordar que en la justicia militar se resuelve 98 por ciento de los casos ante solo 2 por ciento que se resuelven en la justicia civil; ahí sí hay impunidad.

De inmediato comenzaron los “sesudos” análisis sobre el sentido de la alerta que emite el almirante secretario. A todos quienes emiten juicios valdría la pena recordarles que ni el soldado, ni el marino se equivocan y no lo hacen no tanto por sumisión; no lo hacen por convicción. Ambos saben que el proyecto de nación al que se le invita a un general y a un almirante vale la pena y, por tanto, deben protegerlo y dar lo mejor de cada uno para que se concrete.

Que nadie se confunda. Para el almirante secretario las cosas son de una forma y, en su contundencia, la realidad es una y por supuesto, nunca el señalamiento se interpone con lo que el comandante supremo de las fuerzas armadas señala.

La lucha anticorrupción deberá tener un resultado y una cuantificación al final de este sexenio tal que solo sus responsables serán los responsables. De ninguna forma serán los militares quienes persigan a los corruptos; sin embargo, señalar que, a pesar de la lucha, hay quien todavía no lo entiende y abusa. No debe entenderse como una pugna política, al contrario, debe comprenderse como la advertencia de que hay quienes no quieren seguir lo que para el Presidente es un dogma.

Las fuerzas armadas forman a sus cuadros justamente para que den todo por México. Difícil de entender, sí, y más cuando los militares no han defraudado a nadie, a pesar de que algunas voces quieran afirmar lo contrario.

Por eso en este espacio se insiste: si hay una mejor solución que la militar para los retos y amenazas que el país presenta, entonces que los propongan.

Bajo ninguna circunstancia, las tareas en las que se encuentran actualmente los militares son tentación, las han hecho bajo otras formas y bajo otros conceptos. Quien niegue que las fuerzas armadas han contribuido al desarrollo nacional, por lo menos en los últimos 60 años, en verdad no tiene idea del México real.

Lo peor es que se sigue insistiendo en la militarización de nuestro país. Quien lo hace tiene equivocado los conceptos, ya que para algunos países la militarización significa negativos, para México no.

Para México, para los mexicanos y para las instituciones, la acción militar solamente ha reportado beneficios y, en la realidad, los mexicanos, no piden cambios respecto a la presencia y permanencia de las fuerzas armadas en nuestro país.

Es en la tierra, en el mar y en el aire.

 

cci

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