¡Lo que sabe el soldado!

Lo que sabe el soldado - Juan Ibarrola - Cadena de Mando

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

Ya todo se criticó, analizó, se sorprendió y también se atemorizó, respecto al discurso pronunciado por el General Secretario el pasado 20 de noviembre. De ahí, debe comenzar el análisis frío y objetivo del discurso, del contexto y de la realidad.

Las palabras del General Sandoval quedaron plasmadas en la mente y en el ánimo de, en primer lugar, los detractores del presidente y, en segundo, en quien insiste en señalar al ejército mexicano como el gorila autoritario, abusivo e ignorante.

Sin embargo, por el efecto que causó la invitación del General a sumarse al actual proyecto de Nación, se olvidó por completo que por lo menos los últimos cuatro secretarios de la Defensa han hecho lo mismo, aproximadamente a la mitad del sexenio correspondiente. Se podrá decir que las palabras de Luis Crescencio Sandoval fueron por primera vez un sometimiento militar a un proyecto político e ideológico, cuando siempre ha sido, lealtad y disciplina ante el Presidente de México y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y no a un partido o bien a quien encabece un movimiento como el de Andrés Manuel López Obrador, pero, para lo anterior, y para analizarlo de manera objetiva, se debe conocer a plenitud a los soldados mexicanos.

El soldado no hace política y mucho menos promueve ideales que no estén estrechamente ligados a la axiología militar. Lo que sí hace el soldado es sumar siempre para un beneficio colectivo nacional; lo que sí hace el soldado, es demostrar con hechos lo que puede hacer, siempre cumplir la misión a pesar de los pesares. El soldado demuestra, no compite con otros.

El soldado sabe bien que, sin todos los soldados, no habrá la gran fortaleza que caracteriza al ejército.

El soldado sabe bien que lo que representa nunca debe ser una amenaza, a menos de que existan riesgos para el país y para los mexicanos. El soldado sabe bien que su límite comienza donde acaba el espacio militar y justo ese límite es el que hace callar a quienes pretenden hacer creer que México está militarizado o bien que los militares han perdido su esencia haciendo tareas que no les corresponden. 

El soldado de hoy, preparado profesionalmente y con sus alcances bien entendidos, sabe bien que, para gobernar, por ejemplo, un municipio o un estado o bien el país, lo primero que debe hacer es darse de baja del ejército, para que, como civil, pueda ejercer ese derecho que todos los mexicanos tenemos.

El soldado sabe bien que los generales que gobernaron el país, o algún estado o municipio, no eran soldados profesionales; fueron mexicanos que participaron en movimientos armados, o  que surgieron de los mismos; esos generales se extinguieron y solo quedan en los anales de la historia. Justo se extinguieron para dar paso a la profesionalización del ejército mexicano en todos sus niveles y para todos sus soldados sin excepción.

El soldado sabe bien que su poder no es para imponerse sobre el ciudadano. La imposición se da con el uso de la disciplina y de la lealtad al país, a los ciudadanos y a las instituciones.

El soldado sabe bien lo que hace, aunque haya voces que insistan que se están desvirtuando para satisfacer al presidente.

Los proyectos políticos de este país son sexenales, no así los soldados de tierra, mar y aire.

¿Qué más debe saber un soldado?

 

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