¡El Ejército, al patíbulo!

El Ejército, al patíbulo - Cadena de Mando - Juan Ibarrola

Cadena de Mando 
Por Juan Ibarrola C. 

13.08.2022

El fantasma de la militarización en México no es provocado ni promovido por los militares; lo producen quienes saben los efectos de dejarlos en el centro de la duda política, misma que no está en el alcance  militar solucionar.

El anuncio del presidente —el pasado lunes—, referente al futuro inmediato institucional de la Guardia Nacional, más que confuso, tuvo el poder de generar polémicas innecesarias para el momento político-social que vive nuestro país.

Aun y a pesar de que ayer declaró que la oposición no debe politizar la seguridad, él lo hace sin recato, es decir, la necesidad de que la Guardia Nacional se adhiera completamente a Sedena no debiera ser la inquietud. La manera de anunciarlo y el cómo pretende hacerlo es lo que convierte a esta decisión presidencial en un asunto de naturaleza política, legislativa y judicial, donde se insiste que los militares quedan atrapados en medio de la controversia.

La semana estuvo plagada de análisis y críticas hacia la intención del presidente, generando además del enfrentamiento constitucional, que las baterías se enfilaran hacia el ejército, para señalarlo por lo menos, como el artífice de esta controvertida propuesta y por lo más, como el camino directo al cenit del empoderamiento militar en México.

No dimensionar el poder que los militares han construido y aprovechado en los últimos 50 años es un grave error de juicio. Este poder no ha servido para deteriorar a México, mucho menos para amenazarlo o bien, para hacerse del poder político nacional. El poder militar es aceptado con confianza y agrado por la gente; el gran pueblo no se cuestiona a dónde debe pertenecer la GN, al contrario, uno de los principales afectos en la gente es justamente la conformación militar en ella.

La llegada de la Guardia Nacional a la Sedena no significa la militarización de la seguridad pública; esta función y responsabilidad de gobierno es, por mucho, más de lo que las fuerzas armadas pueden abarcar de manera general, es decir, quienes afirman lo de la militarización no comprenden que dentro de la seguridad pública se encuentran policías municipales, rurales, estatales, ministeriales, comunitarias, de investigación y otras más.

La seguridad pública son alcaldes y gobernadores, ministerios públicos y jueces, fiscales estatales y el fiscal general. Son ministros y magistrados de la Suprema Corte. Son también diputados locales y federales, síndicos y senadores.

El conjunto humano que agrupa a la seguridad pública es tres veces mayor al número de efectivos militares.

De lo anterior, los criminales saben que no pueden enfrentar directamente a soldados o marinos; cuando lo hacen, aprovechan las debilidades de la seguridad pública, como sucedió en Ciudad Juárez, Zapopan e Irapuato esta semana. De estos terribles hechos solamente se acusa a los militares, ya que de responsabilizar a las autoridades de seguridad pública, ¡nada!

¡El Ejército, al patíbulo!

Los demás como siempre, como sí nada.

 

Cabo de Guardia

El periódico El Universal publicó en su edición de ayer una nota que tituló “Inmortalizan las frases de AMLO en sedes militares”.

Efectivamente, las frases del actual presidente se encuentran en gran parte de las unidades militares y navales de nuestro país.

En todos los sexenios que llevo cubriendo esta fuente informativa, las frases de los comandantes supremos de las fuerzas armadas en turno han sido plasmadas en las unidades.

A partir del 1 de octubre de 2024, esas frases cambiarán. 

 

tyb

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